domingo, 2 de agosto de 2009

Para los que lloran sin llorar

Este artículo es para todos aquellos hijos de Dios, que han creído en el Señor Jesucristo, que han nacido genuinamente por el Espíritu, que están bajo las promesas de Su Palabra, pero que están atravesando por momentos de aflicción y sienten que su sufrimiento ofende a Dios.
Es para los que creen que tienen que ser fuertes para no decepcionar al Padre, para los que se sienten demasiado débiles como para agradar a Dios.

Este mensaje es para los que lloran sin llorar
, para aquellos cuya alma está abatida, pero creen que no deben mostrar debilidad ante Dios, para estar "a Su altura".

En Mateo 5:4 el Señor Jesucristo dijo:

"Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación".

Si está afligido, llore delante del Señor

Fíjese que no dice "bienaventurados los que no lloran".
Amados, esta bienaventuranza no es para los que no lloran, no es para los fuertes, no es para los autosuficientes, no es para los que creen que tienen el poder de no sufrir, no es para los que cuando van delante del Señor hacen como si todo estuviese bien, no es para los que ven el sufrimiento como pecado.

No hermanos, la bienaventuranza que examinamos hoy no es para los que "no lloran".
Es para los que lloran, para los que derraman su corazón delante de Dios, para los que no esconden su debilidad ante el Todopoderoso, para los que pueden decir como el salmista: "ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo" (Sal 31:9)

Este mensaje es para usted que llora sin llorar: los que lloran recibirán consolación.
Este mensaje es para usted que cree que su dolor ofende a Dios: los que lloran recibirán consolación.
Este mensaje es para usted que se siente demasiado débil como para agradar al Señor: los que lloran recibirán consolación.

¡Los que lloran recibirán consolación dijo el Señor!

Usted no puede consolarse

No hay poder en su humanidad para consolarse. No existe "poder en su boca" como para "proclamar" que su dolor sea "anulado" ni ninguna cosa parecida. No amado, no se engañe: bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Ellos la recibirán, no la tienen, ni la pueden lograr.

No existe tal cosa como el "poder de la boca", el "proclamar" o el "autoprofetizarse" lo que se le de la gana.

Usted me dirá probablemente... ¿acaso no dice Proverbios 18:21 que "la muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos"?
Por supuesto, y este proverbio nos enseña que el uso sabio de las palabras le ahorrará muchos problemas, pero que el uso necio de ellas será para usted como una trampa mortal (véase Pr 12:13 y 18:7). En ningún caso está diciendo que las palabras del hombre tienen poder milagroso o divino como algunos, en su ignorancia, enseñan.

Pero, ¿acaso las palabras de los profetas no tuvieron poder divino?
Claro que si, porque eran palabras inspiradas por Dios, no palabras nacidas del deseo del corazón de un hombre.

Dios es el que consuela

El no ha dicho "bienaventurados los que lloran, porque tendrán la fuerza suficiente como para dejar de sufrir".
El no ha dicho "bienaventurados los que lloran, porque con su boca proclamarán alegría y el dolor se irá".
El no ha dicho "bienaventurados los que lloran, porque les daré una mentalidad positiva para dejar de sufrir"
.
El no ha dicho "bienaventurados los que lloran, porque podrán autoprofetizarse paz"
El no ha dicho "bienaventurados los que lloran, porque pueden lograr en sus fuerzas salir del pozo"

No mi estimado lector, cuando un hijo de Dios se derrama delante de Su presencia puede confiar solamente en esto: el Espíritu de Dios le dará consuelo. El es el Consolador.


¡Sólo el Espíritu de Dios en usted tiene el poder para consolarlo!

Si usted es de aquellos que han estado "llorando sin llorar", le animo a derribar los muros de la autosuficiencia, a presentarse delante del Señor con honestidad respecto al sentir de su alma, a llorar si es necesario, y esperar pacientemente que El traiga el consuelo anhelado.

Saludos y bendiciones,
Blog Predica la Palabra

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