martes, 9 de febrero de 2010

¿HAY APÓSTOLES EN LA IGLESIA DE HOY?

Tomado de http://www.biblia.com/pdf/apostoles.pdf

Supongamos que usted asiste a una iglesia; tiene un pastor o una pastora o varios pastores. Un día su líder decide asistir a un retiro de pastores en una mega-iglesia. Regresa expresando el cambio espiritual y la renovación que experimentó. De repente, el universo eclesiástico cambia dramáticamente. Ahora empieza a hablar del “Ministerio Quíntuple” y, especialmente, sobre el nuevo apostolado que el Señor le ha regalado a la iglesia. Reclama que el Espíritu le ha mostrado que su iglesia debe estar bajo la “cobertura” de un apóstol sin la cual no experimentará la bendición del Señor.

Su pastor ahora dice que Dios está restaurando la estructura de la iglesia mundial según Efesios 2:20. En pocas palabras, si su iglesia no está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas actuales, no experimentará fruto espiritual. El nuevo apóstol de la iglesia local aparece al poco tiempo y promete toda una serie de bendiciones, renovación, familias restauradas, templos llenos, el mundo convertido, y – por supuesto – prosperidad. ¡Todo siempre y cuando la iglesia esté sometida a la autoridad del apóstol!
Cualquiera cosa que falta en su iglesia local, la presencia de un apóstol la atenderá.

La cuestión fundamental es: ¿Quién decide si hay apóstoles hoy en día?
Estamos de acuerdo con la declaración de Pablo en 1 Corintios 12:11, que al Espíritu Santo le corresponde tal decisión.
Además, entendemos que el Espíritu opera según su propia Palabra, la Biblia.
Es preocupante que famoso apóstol centroamericano una vez dijera, "Los demás estudian la teología; ¡yo atiendo al Espíritu Santo!" ¿No cree que el mismo Espíritu nos regaló la Biblia para aprender de sus caminos? El único Espíritu nos dirige e inspiró los Hechos y las cartas de Pablo para guiarnos.

Pensemos en las preguntas más comunes que se hacen con respecto a este tema del apostolado:


Empecemos con, ¿qué significa la palabra "apóstol" en la Escritura?

En el griego koinē, el idioma en que originalmente se escribió el Nuevo Testamento, se nos presentan dos palabras. En 83 oportunidades se presenta apóstolos (apóstol) y en 4 oportunidades se nos habla de apostolé (apostolado). Un "apóstol" denota la persona, mientras "apostolado" indica el oficio. "Enviar" (apostellō) es el verbo detrás de "apóstol"; es decir, los apóstoles predicaron el evangelio como "viajeros" o "enviados".


¿Eran Doce apóstoles o había más?

Cristo escogió a Doce para servir como sus enviados especiales; probablemente representaban las Doce Tribus de Israel. Con la muerte de Judas, los demás siguieron el consejo del Antiguo Testamento y oraron; luego "la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles" (Hechos 1:14-26). El libro de Los Hechos no da ninguna indicación de que la selección de Matías fuera un error ni de que Pablo debiera ser el decimosegundo. Igualmente, no hay ninguna referencia sobre reemplazar a aquellos que iban muriendo, por ejemplo, Jacobo en Hechos 12:2. Además, la visión de la Nueva Jerusalén en Apocalipsis 21:14 implica que el número Doce era fijo.

Cuando Pablo reclamó que era Apóstol, se consideró a sí mismo "…por último, como a un abortivo…" (1 Corintios 15:8), o sea, no como uno de los Doce. Ahora sí había unas personas quienes se llamaban apóstoles, probablemente en el sentido más genérico de "enviado": por ejemplo, Andrónico y Junias en Romanos 16:7; Tito y ciertos hermanos en 2 Corintios 8:23; Bernabé en Hechos 14:14. Ellos no fueron escritores del Nuevo Testamento, ni tuvieron autoridad apostólica sobre redes de iglesias. Más bien, fueron enviados o pioneros del evangelio. Para captar el uso de los términos, podemos hablar de los Doce Apóstoles (en mayúscula), más Pablo como el Último, más una cantidad de "apóstoles" (en minúscula).

¿Cuáles son las características de un Apóstol (en mayúscula)?

Primero, la mejor definición del Apóstol (los Doce más Pablo el "abortivo") se encuentra en Hechos 1:21-22 – "Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho con nosotros testigo de su resurrección."

Segundo, Pablo enfatiza que el Apóstol verdadero hace milagros (2 Corintios 12:10). Como Hechos 1, Pablo también afirma que los Apóstoles han visto al Señor resucitado (1 Corintios 9:1). Podemos entonces concluir de la Biblia esta definición: Un Apóstol es un enviado especial de Cristo, el cual tiene un llamado directo y un don específico; es testigo ocular de la resurrección; se dedica a transmitir la doctrina de Dios. También, se puede ver que, un Apóstol predica; hace milagros; es pionero; sufre mucho; es ambulante (viajero). Es el llamado por Dios y el don es dotado por el Espíritu.

Según lo que anteriormente vimos sobre la descripción de un Apóstol, ¿qué contraste vemos con los apóstoles de hoy en día?

C. Peter Wagner de la Coalición Internacional de Apóstoles (ICA), ha sido un impulsador muy formativo en esta área del movimiento neo-apostólico. Wagner dice que Efesios 4:11 habla del Ministerio Quíntuple, el cual es necesario para edificar la iglesia de hoy. Wagner define un apóstol como "un líder cristiano dotado, enseñado, comisionado y enviado por Dios, con la autoridad para establecer el gobierno fundacional de la Iglesia dentro de una esfera asignada de ministerio, a través de oír lo que el Espíritu Santo está diciendo a las iglesias, y a través de disponer las cosas en el orden necesario para el crecimiento y la maduración de la Iglesia".1
También ha definido el don como la "capacidad de…asumir y ejercer liderazgo sobre un cierto número de iglesias con una autoridad extraordinaria en asuntos espirituales..."
En otro lugar, Wagner dice que él había decido no incluir en su definición estos tres puntos bíblicos: señales y milagros, ver a Jesús cara a cara y plantar iglesias. 

A nuestro parecer es un poco extraño que él redefina "apóstol", eliminando las características que Pablo solía enfatizar y la única característica que ambos, Pedro y Pablo, subrayaron – ser testigo ocular del Cristo resucitado.
También, Wagner no cree que los apóstoles modernos deban revelar nuevas doctrinas; no habla de sufrimiento ni de ser viajeros. Pero, "apóstol" por definición significa "enviado" – no enviado a conferencias, ni para ser pastor de una mega-iglesia, sino a lugares sin una presencia evangélica para hacer el trabajo duro de Dios.

Entonces, ¿por qué llamar a una persona "apóstol", si no hace nada especialmente relacionado con los Apóstoles ni siquiera, se debe mencionar, con aquellos "apóstoles" en minúscula, como Andrónico y Junias? Parece que la intención de algunos que se autoproclaman apóstoles es convertirse en los líderes de todas las iglesias.
Estos apóstoles creen que las denominaciones son cosa del pasado y que todas las iglesias deben someterse a ellos. Un famoso apóstol, por ejemplo, dice que no habrá avivamiento en nuestro país hasta que todos los pastores de este país se sometan a su autoridad. Finalmente, ofrecemos algunas observaciones sobre los apóstoles de hoy:

1. Existe un anhelo de ser reconocido como "apóstol" y hay una cantidad de nuevos apóstoles.

Si consideramos que solo había una docena en los primeros días – y la mayoría murió en pocas décadas – parece haber un número desproporcionado en nuestros días y va en aumento rápidamente. Uno de los puntos de Pablo en 1 Corintios 9 o en 2 Corintios 10-12 es que el apostolado es por definición un don muy poco común, y que el don verdadero es poco deseable.

2. "Apóstol" se define hoy en términos de autoridad y control, tanto como un obispo.

¿De dónde vino el concepto de tener un obispo, es decir, un pastor de un área metropolitana quien tiene control sobre las iglesias en su región? 
Es difícil probar el concepto con base en la Biblia. Sin embargo, el concepto es sumamente claro en las cartas de un padre de la iglesia primitiva, Ignacio de Antioquía (107 d. C.). Afirmó la doctrina de que estar en conformidad con el obispo es la manera de alcanzar una iglesia santificada: "…para que estando perfectamente unidos en una sumisión, sometiéndoos a vuestro obispo y presbítero, podáis ser santificados en todas las cosas." (Ignacio, A los Efesios 2).
Esto fue un paso hacia el sistema romano; por eso, un título del papa es "Sucesor de San Pedro, Príncipe de los Apóstoles." El concepto no-católico de "cobertura", de que cada pastor debe trabajar bajo la autoridad de un apóstol, es paralelo a la obediencia de las iglesias al obispo.

La enseñanza apostólica en la Biblia nos indica que el gobierno de las iglesias quedó en manos de colegios de ancianos o presbíteros o "vigilantes" o "líderes" (mal traducido como "obispo" en algunas versiones; vea el caso de Éfeso, Hechos 20:17, 28; 1Timoteo 3:1-2; de Creta, Tito 1:5). En los pasajes claves donde se describe su puesto, lo valioso es ser una persona santa (¡especialmente en su vida financiera!) y de buena doctrina (vea Hechos 20:17-35; 1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9; 1 Pedro 5:1-4).

Frank Viola, en su escrito "La Dramática Falta de Atención que Se Da al Liderazgo en el Nuevo Testamento" nos dice: Si somos lectores cuidadosos de la Escritura, descubriremos que las cartas de Pablo hacen mucho ruido con respecto a la importancia de la vida ejemplar y no muestran interés en la posición titular o formal. Por ejemplo, cada vez que Pablo escribía a una iglesia (poniendo aparte a las epístolas Pastorales, ya que son cartas personales escritas a los colaboradores apostólicos de Pablo), siempre se dirigía a la iglesia misma en vez de a sus líderes (Rom. 1:7; 1 Cor. 1:1-2: 2 Cor. 1:1; Gál. 1:1-2; Efe. 1:1; Fil. 1:1; Col. 1:1-2; 1 Tes. 1:1; 2 Tes. 1:1). Esta tendencia es notable en el libro de los Hebreos, donde el escritor, hacia el final de la carta, de pronto dice a los santos que saluden de su parte a sus líderes (Heb. 13:24).

3. Algunos apóstoles de hoy aparentan impartir nuevas enseñanzas.

Cierto que muchos "neo-apóstoles" rechazan esta tendencia. Sin embargo, en otros casos particulares parece que inventan nuevas doctrinas, cambian o aumentan nuestras doctrinas, especialmente en cuanto a la naturaleza de la guerra espiritual, espíritus regionales, la segunda venida de Cristo, o la manera de discipular a la iglesia. En particular, unos descubrieron doctrinas del Antiguo Testamento y las introdujeron en el Nuevo Pacto. En términos pragmáticos, la revelación de una doctrina enterrada es igual a promulgar una doctrina nueva.

4. El apostolado moderno no tiene el vínculo bíblico fuerte con el sufrimiento físico.

Los auténticos apóstoles sufren, y punto. Sí, los apóstoles de hoy se quejan de que son perseguidos por quienes cuestionan su don; no se trata de persecución, sino del discernimiento que el Señor siempre nos exige: "no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios" (1 Juan 4:1).

El apóstol Pablo sufrió de una manera casi increíble y lo mencionó como una prueba de su apostolado. Sin embargo, también habló de cosas cotidianas (1 Tesalonicenses 2:8-9). Pablo no nos habla de estar agotado por asistir a conferencias, sino por trabajar con sus propias manos, de noche y de día.
La gente se burlaba de él por no tener trajes caros ni una postura autoritaria. Él nunca respondió que "trabajo duro y creo que el Señor quiere que yo tenga buenas cositas." No se quedó en las suites presidenciales para tener privacidad.

Todo el mundo conoce la tendencia moderna de buscar nuevos títulos para colocarse por encima de los demás. Algunos de estos apóstoles disponen de doctorados no reconocidos por ninguna autoridad, certificados que pregonan la importancia del individuo. Por supuesto, algunos apóstoles nuevos son siervos humildes del Señor. Sin embargo, los apóstoles por lo general han llegado a merecer rápidamente una reputación de ser "superapóstoles" (2 Corintios 11:5).
Entonces, retamos a cualquier neo-apóstol que lea esto a que renuncie su título; venda sus carros; se quite los anillos y se ponga ropa simple; visite a pie los barrios de su ciudad, solo, sin cámaras, sin gritos de victoria, solo compartiendo la Palabra, orando por los enfermos, alimentando a los hambrientos. Los retamos a asumir el título, Siervo de Dios, humildemente.

Conclusión

Entonces, de vuelta a nuestra iglesia, donde el pastor acababa de regresar con algo nuevo. Vendrán estos "apóstoles", hablando de sus visiones y hasta de versículos bíblicos que supuestamente prueban su autoridad sobre usted. Uno puede aprender mucho sobre un apóstol por lo que le pide a su gente. Si alguien pide su dinero u obediencia, usted tiene el derecho de rechazarlo. Cristo es quien merece obediencia y, aunque su iglesia necesite de su apoyo financiero, usted tiene el derecho de verificar que su dinero se esté utilizando sabiamente, sin enriquecer a un líder cuando hay personas en necesidad económica.
Usted, como miembro del real sacerdocio (1 Pedro 2:9) es por definición una de las personas ungidas del Señor. Tiene tanto el derecho como la responsabilidad de pedir prueba bíblica. Usted no tiene que soportar insinuaciones ni acusaciones de que es rebelde contra el plan divino, nuevamente revelado.
La frase "no toquéis al ungido del Señor" aplica tanto a su persona como a cualquier cristiano. Mientras tanto, es una buena idea recordar que vamos a alcanzar un punto de saturación. Una vez que cierto porcentaje del liderazgo de la iglesia reclame el título "apóstol", este perderá su peso e importancia. En ese momento, el sistema "apostólico" se colapsará y otro movimiento lo reemplazará. Hasta esa hora, actuemos con sabiduría y paciencia en la iglesia.


Fin del artículo.

Saludos y bendiciones,
Blog Predica la Palabra

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